Hoy... hace un mes - IV -

25/NOV/2005
La salud de mi mamá empeoró, y muy a su pesar, le fue prohibido por las enfermeras que se quedara otra noche en el hospital, pues corría le riesgo de contagiarse de neumonía. Así pues, la noche del viernes me tocó a mi el turno de pasar la noche en la clínica, al lado de mi padre.
Confieso que fue difícil para mi realizar la encomienda. Tuve que vencer muchas resistencias internas, pues la relación con mi padre no era buena. El simple contacto físico me era difícil.
Así pues, la noche se veía venir larga y difícil... y lo fue. La tos de mi papá era más persistente, y había que estar al pendiente de él de manera constante, a fin de que pudiera respirar libremente, acto que se complicaba sumando la tos y las consecuencias del infarto cerebral.
Sin embargo, esas horas que pasé a su lado, me sirvieron para romper las resistencias ya mencionadas. Simplemente, me sentí unido a él.

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