Una noche poca madre

Bebí cerveza hasta hartarme, parecía que toda caía en un barril sin fondo... una tras otra, dale... al fin que Paty Mercado las estaba invitando.
Y claro, sin dinero, pero cenando en Sanborn's, tres quesadillitas que me salieron en casi 50 pesos. Y de alli al antro. Y que se me bota. Y grité y bailé y que mejor técnica para quitar el estréssssss.
Y hasta lo soriano me brotó por acá.
Y dale que conocí -o sea, conocer implica mantener una plática mas o menos lógica, no solo verla de lejos- a la Supermana y a una de las Hermana Vampiro.
Y hasta las 5:30 de la madrugada, al hostel, a dormir, a despertarse temprano porque la hora de salida es a las 11 de la mañana.
Sí que valió la pena venir.
Bien, de aquí a que me vaya, aun pueden pasar muchas cosas.
Hasta lueguito mundo.
(Sí, estoy crudo resacoso).

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