El recuento de los daños

No hay recuento. ¿Que ennumero? ¿Los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años que te dí? ¿Las horas robadas a mis amigos, a mi familia, a mi estudio, aun a mi trabajo para dártelas a ti? ¿Mis espacios cedidos a tu presencia? ¿Las lágrimas que derramé, que derramo a diario, que derramo ahora mismo, llorando tu muerte, mi muerte, nuestra muerte? ¿La ilusión perdida, los sueños vendidos, la esperanza masacrada? Dime, ¿que puedo ennumerar? ¿Los besos dados, los abrazos, las palabras al oído, las canciones dedicadas y siempre ignoradas? ¿Los regalos, las cartas, los mensajes, los mails, los saldos del celular, los puntos de un Special K, el boleto de un camión, la nieve, la paleta, la mitad de una pizza, el agua fresca, la fruta lavada, el dvd rentado, la cerveza, las palomitas preparadas y generalmente rechazadas? ¿Ennumero el dinero que pedía a mi padre, mintiéndole, con tal de seguirte semana a semana a Gdl? ¿Ennumero haberme convertido en una sombra para ti? ¿Los reclamos de que nunca tenía dinero? ¿Los de ser un inmaduro? ¿Acaso el amor que siento por ti, que se va al desagüe del olvido, la indiferencia, el odio y tu burla?
No, no hay nada que salvar... pérdida total.

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