Noviembre de vuelta...

Han sido días fríos éstos últimos. Frío que sale de mí mismo, como si anduviera deámbulando en un oscuro desierto, bajo una noche que parece eterna. Parece, más no lo es, y eso me hace que no sienta miedo, sino más bien esperanza. Hoy, al menos ya no siento la incertidumbre que desde hacía semanas atrás arrastraba, para dar paso a un estado de soledad y abatimiento, el cual, al menos, me hace sentir un poco mejor. Qué ironía.
Hoy, 22 de Noviembre, se cumple ya un año del inicio de aquellos días de pesadilla que culminaron con la muerte de mi padre. Hoy, hace un año, justo a esta hora, estaba yo caminando sin sentido en el Centro Médico de Occidente. Mi papá estaba en una camilla, y yo en la peor de las incertidumbres. Ahora, un año después, soy yo mismo quien está al centro del desorden en el que convertí mi vida.
Hace poco menos de un mes, el 2 de Noviembre, fui a la tumba de mi padre, y entre lágrimas le pedí perdón por mis acciones, y le pedí que me ayudara a salir de esto. Allí mismo se que él me escucho cómo nunca lo hizo en vida, y allí tambien sentí que todo lo que ha pasado, no puede ser en vano.
...hoy, 22 de noviembre, soy yo contra mis acciones, yo, a un paso de la oportunidad de salvarme, o hundirme para siempre. Soy yo frente al abismo, a punto de dar un salto, y no saber si llegaré a la otra orilla, lugar donde se que me esperan, se que estará. . . . .

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