Estoy frente al monitor, dando golpeteos a las teclas e iniciando mi primer entrada del tercer año. Y es que hoy, hace justo dos, inicié mi pequeño proyecto del blog que me ha dado contadas pero grandes, muy grandes satisfacciones.
Pero hoy, ni este aniversario alcanza a romper los hilos de melancolía que están deshilándose de mi centro operativo emocional. Hoy, es ese día que tanto temí que llegara, que tanto desee que no ocurriera, que tan vaticinado estaba que tenía que ocurrir. Ocurrió, y estoy enojado, triste, rabioso, resignado... ni se como estoy. Pero son las 0613 horas, cumplo 24 sin dormir, entro a trabajar en 45 minutos, y se que en pocas horas la rutina me va a absorver, me va a hacer suyo, me aprisionará en sus leyes rígidas de tiempos y acciones cronometradas, programadas, seguidas como rituales religiosos imposibles de romper. Pero se que ni esa rutina que aprisiona , envuelve y suele matar emociones será capaz de borrarme esto que estoy sintiendo, que me está doliendo como no llegué a pensar nunca que fuera a ocurrir.
Se que tal vez ni siquiera debería estar escribiendo esto, pero son los efectos de la noche, de a madrugada, de lo que acabo de llorar lo que me está llevando a enviarte esto, pues se bien que sabes que es para ti.
Solo puedo, (y recalco el puedo) decirte, gracias por haber estado ahi en los peores momentos, cuando todo parecía caerse, cuando no parecía haber ya salida. Por los silencios que decían mucho, por la discreta y leal compañía, por la serenidad y la paciencia de soportar a este loco como muy pocos, poquititos han hecho. Por esa lealtad que se que no encontraré, por esa capacidad de ver lo bueno en mi dentro de lo malo. Por saberme escuchar cuando tenía algo que decir, callar cuando tenías que callar, y entender cuando logré romper las cadenas de mi autoimpuesto silencio. Por saber poner el dedo en la herida cuando era necesario...
Por... por haber estado ahi cuando lo necesité.
Me quedó incompleto, esa es la verdad.
Hoy y siempre, estoy aqui...
Gracias.
TQM...
Vaya que leo unas palabras cargadas de sentimientos profundos y puros... en todo caso, amigo Rodrigo, las amistades no se deben debilitar por la ausencia física de una persona, por el contrario, creo que es una nueva oportunidad de seguir cultivando esa relación con ese personaje que hoy, físicamente, no estará tan presente, pero que sé que constantemente te acompañará de pensamiento.
ResponderBorrarAdemás, bueno, para eso existe la internet y los teléfonos celulares, je. Desde miles de kilómetros de distancia, te digo que te acompaño en este momento que sé, no es fácil para ti.
Saludos, besos y abrazos...
Quien te quiere, "El Colombiano"