A la primera persona...

...yo sólo deseaba que esas palabras repetidas tantas veces se volvieran mariposas reales que rodearan mis sueños, y no fueran solo fantasías que surgían a la luz de la luna, a la sombra de las estrellas, en un rincón de mil paredes rodeado. Quería tomarte de la mano y volar los dos, juntos, lado a lado, protegiéndonos de las libélulas y las pesadillas ajenas. Grité por tu atención, porque me tendieras la mano, porque me escucharas, me vieras, por ser parte de tus sueños y ayudarte a tejer los propios, los nuestros.
Más la apuesta falló. Mi lamento quedó reducido a un orgullo mal entendido, y preferiste la vida fácil, la frívolidad de la que tanto decías huir, las noches largas y sórdidas que terminan poco a poco con la moral y la conciencia, con el amor que duele y que debo sacar, porque ya no te pertenece, ni tú a mique perteneces a otros, guerreros del espanto que estigmatizan, hieren y dañan.
Los mares que rodeaban mi playa blanca enloquecieron, sus brazos violentos, olas enormes que poco a poco fueron destrozándolo todo, se llevaron tras su paso todo lo nuestro, y peor aun, lo mio. Ahora ya no hay nada: ni sueños, ni deseos, ni mariposas, ni fantasías. Ya no hay ni siquiera sonbras donde descansar de los rayos de sol que queman. Todo se fue tras tu huracán, tras tu furia, tu indiferencia, tu odio, tu venganza, tus noches febriles tras la búsqueda de eso que ahora tu llamas felicidad. Tras tus promesas vacías, y ahora tu ausencia pesa, pesa, me hunde, me ahoga...

A la primera persona que me ayude a comprender pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe, yo no pido que las cosas me salgan siempre bien, pero es que ya estoy harto de perderte sin querer. A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir le regalo cualquier tarde pa' los dos, lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer: es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed, al menos tú lo sabías, al menos no te decía que las cosas no eran como parecían. Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe, aunque si no eres la persona que soñaba para qué (¿qué voy a hacer? nada).
¿Qué voy a hacer de los sueños? ¿qué voy a hacer con aquellos besos? ¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos? dime dónde lo metemos. ¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez? ¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer? ¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme? ¿dónde guardo mi fe? Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar, no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada, niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que me ayude a caminar pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar, yo no digo que sea fácil, pero, niña, ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar...
A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, yo no pido que las cosas me salgan siempre bien pero es que ya estoy harto de perderte. Y a la primera persona que me lleve a la verdad pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más, yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte! y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.
Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro, yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego, y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo donde no existe ni Dios, donde no existen verdades. Es todo tan relativo, como que estamos aquí, no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,al menos tú lo sabías, al menos no te decía que las cosas no eran como parecían.
Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace. A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, yo no digo que sea fácil, pero, niña, ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.... ni siquiera dónde estar.
A la primera persona, Alejandro Sanz.

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