El segundo de mi muerte

Hoy, de repente y sin nada aparente, me asaltó el pensamiento de cómo es que será el momento de mi muerte; y no fue tanto en pensar en cómo es que será mi muerte o que es lo que la provocará, sino en lo que voy a estar pensndo en ese justo y crucial único momento en que la vida se me esté yendo, se ma vaya, se apague. ¿En quién o en quienes voy a pensar? ¿Cuáles momentos seran los que se harán presentes...? Eso fue sólo el inicio del extraño e inquietante episodio. En medio del inesperado golpe de la certeza de mi muerte, me vi ahi, en los sanitarios de Soriana, y fue innevitable hacer un repaso de mis días y semanas más recientes, y me pregunté qué de todo lo recientemente vivido sería lo suficientemente valioso como para ser recordado; y de allí hacia atrás, me visualizé caminando por la calle, con mis amigos, en mi casa, en mi trabajo, en la universidad, en la playa, en Guadalajara... de la nada, mi mente me generó una especie de trailer de mi vida. Y me dio miedo, sentí mucha desesperanza de la infeliz verdad de que llegará el momento en que todo se acabará, sin más rodeo ni vuelta, sin oportunidad de hacer o deshacer, de corregir o aprovechar. Todo se irá a la urna, se hará cenizas, y terminará esparcido en PV -ese es mi deseo póstumo-.

Lo que tambien se es que a pesar de todo, no me quiero morir, y ni siquiera se porque me asaltó ese pensamiento de repente. Quiero que pasé mucho tiempo para cuando eso ocurra, y quiero revitalizar mis días en este planeta.

De nuevo, reafirmo...: quiero que valga la pena vivir...

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