¿El juguete que se llama...?

Aqui debería ir una defensa de mi apoyo a Ingrid Betancourt. Pero no contaba con que este fin de semana me iba a enfermar, y la noche en que iba a publicar mis tesis a favor de la Betancourt, la fiebre no me dejó ni encender la lap. Y para estas fechas, en que el espíritu navideño ya se apoderó de mi, prefiero dejar para más adelante el prometido texto.

Y es que estos días, despues de enfermar y sanar, ahora me dedico a estar de apoyo en el departamento de Juguetería. Por eso es que se me adelantó el espíritu navideño. Es harto divertido escuchar las alocadas peticiones de los clientes, van de lo más extraño a lo más risible. Al más puro estilo de la película 'El regalo prometido', la desesperación se apodera de los padres, que intentan cumplir los pedidos de los niños, que exigen juguetes que a veces ni siquiera existieron, o ya se acabaron. Veo tambien a los niños llorando cuando se los llevan con las manos vacías, ignorando que los padres arman toda una escena para llevarse los juguetes a escondidas. O aquellos que intentan estirar lo más posible el aguinaldo y poder regalar al menos un juguete en esta Navidad. Estos y otros ejemplos me llegaron y, aunque no comparto la idea del regalo en la Navidad (de hecho rara vez regalo yo algo en esta temporada), si me llega ese deseo paternal por cumplirle el sueño a los chiquillos.
Las tiendas estan llenas de compradores desesperados. Es la temporada. Nadie se acuerda, o no quieren hacerlo, que estamos en medio de una crisis económica mundial. Pero bueno... es Navidad. El 2 de Enero regresaremos medianamente a la realidad (aun queda el Día de Reyes para seguir soñando).

Como sea, espero que asi como a mi ya me llegó, le llegue a todos y pasen una buena Navidad con las personas que quieren. Una donde al menos los problemas y los malos ratos se queden en el frio de la calle. Nos lo merecemos todos.

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