Mono Tono imprescindible

Hace días que no escribo estrictamente sobre mi persona, y haciendo honor al sentido original de este blog, hacerlo es una especie de ley privada a la que no debo faltar, y en aras de no ceder más espacios a la crítica, los textos ajenos y los ratos de ocio aqui reflejados, vale hacer una pequeña evocación de estos recientes días.

Y es asi pues que he entrado en una necesaria etapa de cierto tedio y rutina. Necesaria, porque sólo con esta autodisciplina es que estoy logrando sacar los pendientes que arrastaba de tiempo atrás, y que me estaban impidiendo avanzar en mis objetivos. Aunque, no lo niego, el que de repente los días se hayan vuelto demasiado parecidos unos a los otros me desespera un poco, y luego ando de cierto mal humor. Y como todo parece haberse fijado en una fotografía, si dan ganas de tomarla, romperla y ver la que sigue. Pero no, es tiempo de pausa y espera, de paladear cada minuto para tomarle sabor a la continuación de todo esto.

Mientras, la primavera torna los días calurosos, las pieles pegajosas, las noches incómodas; y las moscas aparecen no se de donde, y pronto lo harán los mosquitos. Los cerros, secos y amarillos que rodean el pueblo no tardan en arder como cada año, y ya es más común ver a las personas con ropa más ligera y corta, un pequeño regalo a mi lado voyeurista. Y en pocos días adelantaremos el reloj e iniciaremos el adorable Horario de Verano, y las tardes serán más largas, justo esas tardes que tantos buenos recuerdos me traen, y tantos buenos recuerdos estamos por crear este año. Y un poco después del cambio, muy poco por cierto, Puerto Vallarta me estará esperando una vez más.

...Ay, que raro es no hablar de drama en una entrada de este tipo.

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