Recuento 2O11.

Terminé el año con el mismo teléfono móvil.

Tramité una nueva credencial para votar. No es que la otra no estuviera vigente, es que la firma tenía un error.

Subí de peso. Notoriamente.

Comencé a ir al gym. Y dejé de ir al gym.

Mi ortografía empeoró. Una cosa es saber aplicar las reglas, y otra muy distinta tener que estudiarlas y enseñarlas.

Lloré cinco veces. Al menos son las que recuerdo. Las cinco fueron por muy importantes motivos.

Mis piernas siguen siendo la parte de mi cuerpo que más me gusta.

Mis pies ya son lindos :)

Después de casi ocho años, conocí a mi gran amigo JABB.

Me llené de listas de pendientes, que aún no he logrado concluir.

El libro que más recuerdo de este año: El viaje del elefante. Lo amé.

La película que más recuerdo: Quemar las naves. Y están dando ganas de verla otra vez antes de que termine el año.

Prometí deshacerme de toda mi ropa interior usada. Y no lo hice.

Estrené lentes.

Recuperé mi libro de 'La Puta de Babilonia'.

No recuperé mi libro de 'Las mentiras de mis maestros'.

Mi cámara fotográfica se mojó en Puerto Vallarta y ya nunca volvió a encender.

Abandoné un poco mi blog, gracias a las redes sociales. Pero es propósito retomarlo.

Inicié el año con la cabeza rapada. Lo llegué a tener más largo que nunca. Lo termino con mi corte de cabello normal.

Fui a ver a Lila Downs :)

Mi visita a la FIL este año estuvo cardíaca, pero valió la pena.

Entré a trabajar al CMAM, ha sido una experiencia que me ha cambiado la vida. He conocido mucha gente valiosa, e injusto sería mencionar nombres. No quiero que se me escape ninguno.

Me regalaron un sombrerote mexicano, enorme, con un 'Viva México' pintando al frente, y no sé qué hacer con él.

Fumé medio cigarro.

Me volví fan de Teresa Mendoza.

El Peje me saludó de mano. (Y estuve en dos mítines del Peje).

Conocí mucha gente valiosa, personas que en un primer momento pensé que no valdrían la pena, y con el paso de las semanas se fueron convirtiendo en personas básicas en mi vida. En contraparte, personas que consideraba mis amigos, cerraron su ciclo cerca de mí. Muchas personas.

No leí tanto como hubiera querido.

Me quedaron muchísimas fotos por editar y subir a mi galería.

Me ocurrieron algunas cosas que, de verdad, no esperaba. Y vaya que las disfruté.

Me largué a Puerto Vallarta solo. Y me la pasé muy bien en Puerto Vallarta.

'Nadé' entre pececitos de colores.

Vi la de 'El Rey León'. Por primera vez.

Fui el último en enterarse que habían matado a Osama Bin Laden.

Comí más tortillas que nunca.

Fui citado a declarar en calidad de testigo ante el Ministerio Público.

Me topé demasiadas veces en la calle con el señor de las cobijas. Y huele espantoso.

Me harté de escuchar de Kalimba los primeros meses del año.

Frases que no debí decir nunca: "...los cadáveres muertos...", "Pues a mí no me invitaron" (refiriéndome a un funeral), "Eres un sucio teco".

El gran pendiente: mi fiesta de cumpleaños.

Tal vez me he vuelto menos tolerante. O más amargado. No sé, pero ya no estoy tan dispuesto a escuchar absurdos cerca de mí.

Conocí la casa de Juan José Arreola.

Me subí a la rueda de la fortuna.

Me desenterraron una uña. Bueno, fueron dos.

Me pinté el cabello.

Me mojé varias veces bajo la lluvia.

Sentí un temblor de intensidad moderada.

Llamé a la policía para que se llevaran a un tipo que llevaba semanas durmiendo afuera de mi casa. Y cuando hicieron que se fuera me sentí mal.

Conocí la casa de Liz Taylor en Puerto Vallarta. Lo que queda de ella.

11 años de conocer a :A:

3 años de conocer a :F:

Por primera vez celebré el día del maestro.

Estuve a punto de caer feamente en la calle.

Un vecino estúpido me dejó sin teléfono e internet porque le pareció que el cable que cruzaba frente a su casa no servía de nada, y sencillamente lo trozó.

Creo que perdí 200 pesos y una pulsera de oro.

Me regalaron una playera de la UAG.

Empeñé algo por primera vez.

Mi blog cumplió 6 años.

Me gané suscripciones a dos revistas.

Sigo sin encontrar la "Poesía completa", de José Saramago.

Un plato de guacamole sigue esperando en mi mesa...


Comentarios

  1. Emotivo y muy bien escrito, incluso hasta con un poco de buen humor, es una forma muy curiosa de narrarnos tu 2011.

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