Un hilito de sangre.

Ayer murió Eusebio Ruvalcaba.

Recordé cuando el director del Colegio Cervantes me confiscó "Un hilito de sangre", por considerar que sólo me "masturbaba mentalmente" con ese tipo de lecturas.

Después de reprenderme en su oficina, muy seriamente, me devolvió el libro con la condición de que no volviera a llevar ese tipo de "literatura" al colegio. Y me sugirió leer otras cosas.

Mi profesor de literatura me dijo: no le hagas caso. Y me impulsó a seguir leyendo esa y otras obras, ajenas a la bibliografía oficial marista.

Y por eso, "Un hilito de sangre" ocupa desde entonces un lugar muy especial en mi biblioteca personal.

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